27 de septiembre de 2007

CERO

¡hemos ganado! gritaba ayer la señorita Lines por el sms. Mi celular estuvo un buen rato guiñando la pantalla como si hubiera dado el gran premio. Luego, el Ldo. Valdés certificaba la noticia como buen notario. Qué jubilo, te digo. Amigo Zotxo, hemos ganado, has ganado. Te has puesto ante un gran toro y lo has lidiado como los grandes, con profundidad, valentía y en silencio. De frente, ante ese clamor que despide olor a corrales y sudores en las sienes. Esos almizcles que en tu boca se han hecho amargos y difíciles. Esa conjunción entre tu gran cabeza y esa ‘maestra’ de espadas que te ha hecho los cambios de suertes. Habéis ganado, hemos ganado. Me contabas que estuviste llorando un buen rato antes de salir a la luz de la mañana del Puerto, esa gran mañana. Cómo no vas a llorar. Imagino esa luz, y tus bronquios emanando grandes resoplidos como viento; el verde de villa Juanita más verde; la mirada de Lines profunda y serena; tu Zoe abriendo ese regalo que le haces; el notario Valdés removiéndose en su asiento con esa sonrisa hacia dentro; el nacarado Rumbero ensayando nuevos pasos de baile; Ana dando saltos alrededor de la noticia; en fin, y tantos otros que te queremos. Hoy, a pesar de ser septiembre, aquí donde estoy hace día de invierno. Llueve, las nubes son grises como de panza-burro e igual nieva, quién sabe, pero voy a salir ahí fuera con mi queridísima hermana Marisa y aunque ella no sepa quién eres, levantaremos la copa y entonaremos un va por ti muy grande. Estoy seguro que me preguntará por qué, y lo único que se me ocurrirá decirle es porque hemos ganado, Marisa, ¡hemos ganado!

12 de septiembre de 2007

PENSAMIENTOS FRITOS

Intenté ayer sin éxito dar un poco de lustre a algunos pensamientos desmadejados que andaban por ahí rondándome. Desistí por el cansancio –cuesta mucho esto de hacerse portugués- y por verlos ya como esas patatas a las que les salen brotes de raíces. Pensamientos así es mejor freírlos cuanto antes. Me puse entonces ante una cerveza helada para ver si me llegaba alguno nuevo, pero pudo más la obsesión de tomar más ante su rápida su ingesta. Así cómo va a venir pensamiento alguno. Calmado con el antídoto, pensé que todo el mundo andaba por ahí menos yo, así como suena. Qué desfachatez. Que unos por Bali, otros por Cádiz o en Egipto, o en Sicilia o que sé yo. Así cómo se puede estar concentrado en nada. Seguido pensé que no todos andaban por ahí. Seguido me fijé en tres niñas exactas jugando a dar vueltas con los taburetes del bar. Seguido las hice grandes y empezaron a levantar la pierna como en un cabaret. Seguido miré la marca termosellada que llevaba el vaso. Es buena esta Sagres. Volví de inmediato a mis patatas enraizadas. Qué voy a ser capaz de llevar a cabo en esta curiosa ciudad.